domingo, 21 de junio de 2009

En Busca Del Santo Grial


En el núcleo de la leyenda del rey Arturo está la búsqueda del Santo Grial, la copa en que bebió Jesús en la última cena y que supuestamente poseía milagrosos poderes curativos y regenerativos. Junto con la lanza usada por un soldado romano para herir el costado de Jesús crucificado, la copa fue dada a José de Arimatea, cuyos descendientes la llevaron a Inglaterra. Cuenta la leyenda, que uno de estos guardianes de las santas reliquias olvidó su voto sagrado y miró lascivamente a una mujer peregrina, por lo que la lanza cayó sobre él, provocándole una herida que no sanaría. Fue entonces cuando desapareció el Grial. Merlín envió un mensaje a Camelot, instruyendo a Arturo para iniciar la búsqueda de la copa perdida. Insinuó que pronto aparecería un caballero destinado a hallarla.
Arturo y sus caballeros se reunieron en la mesa redonda en vísperas de la vigilia de Pentecostés, cuando un rayo y varios relámpagos anunciaron una visión del Santo Grial: estaba cubierto por una rica tela blanca mientras flotaba por el salón. Durante la búsqueda del Grial, los caballeros de la mesa redonda pasaron por muchas aventuras. Pero Lancelot fue finalmente rechazado por no poder olvidar su pasión prohibida hacia la reina Guinevere. Tal y como lo predijo Merlín, fue sir Percival quien tuvo la fortuna de descubrir el Grial y tomar de él los sacramentos. Arrodillándose ante él, el joven caballero supo que había concluido la misión de su vida. Su alma fue llevada al cielo y su cuerpo yació muerto ante el altar.

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